Mi “Yo” es importante

Tu yo, eres tu mismo, tu mente, tu cuerpo, tus sentimientos, tus deseos, tus aspiraciones, tus actitudes, tu vida.

Si en nuestra niñez tuvimos enfocado en los demás para que no nos hicieran daño o buscar las formas de encontrar un poco de tranquilidad y protección dejamos de pensar en nuestro YO y tomamos el camino de ocuparnos de los demás.

Ahí es cuando se rompe la unión placentera de mente y cuerpo y entra el depender de otros.    De adultos el vivir pendiente de la vida de los demás como un esposos, hermano, padre, novio, amigo, compañero de trabajo, etc. nos hace seguir descuidando nuestro YO hasta el punto de no saber lo que necesitamos, nos gusta o a que aspiramos o nos conviene.   Por eso cuando nos preguntan ¿A dónde quieres ir? ¿Qué quieres comer? contestamos “no sé, decide tu” y por más que lo pregunten realmente no se sabe.  O a la hora de escoger la carrera que se va a estudiar, un vestido o una pareja no se está seguro, porque sean grandes decisiones o insignificantes no se sabe.  Realmente lo que pasa en la niñez afecta.

Esta forma inapropiada de pensar no permite buscar nuestro bienestar sin siquiera aguantarnos a nosotros mismos con una vida complicadísima sin rumbo y con un destino llenos de constantes preocupaciones donde como severos jueces nos maltratamos emocionalmente como nunca trataríamos a un buen amigo.   En este clima tan propicio a las crisis nunca vemos soluciones solo problemas, es más,  somos la causa de esas dificultades ya que se disfraza así lo poca cosa que nos sentimos.   No hay espacio para el diálogo aislándonos y aunque estemos actuando muy mal no lo vemos y llenos de resentimientos discutimos por nada.  El YO no está en paz.

Con mariposas en el estómago, angustia, ganas de llorar, vacíos, querer encontrar algo que no se sabe que es diariamente nos gusta lo que reflejamos en el espejo, deseando amar y dejar que nos amen para parar esa angustia, pero no resulta y no es cuestión de ser feos o bonitos, rico o pobre, alto o bajitos, gordos o flacos, es lo que tenemos internamente, lo que estamos dispuestos a hacer, lo capaces que somos para actuar mal, en verdad ese YO no es agradable.

Creo que solo al tocar fondo cansados de sufrir y no resistir lo que somos y hacemos estamos en capacidad de aceptar la derrota y empezar a cambiar y dar importancia a nuestro YO.

Primero se ha de conocer al YO de niño, sus dificultades, lo que hizo para sobrevivir y cómo lo afecto, luego poco a poco hay que empezar a conocernos en tiempo presente, ver las metas que deseamos cumplir, desechar lo que no nos es favorable, hacer una lista de nuestras virtudes y defectos, las capacidades que se tienen tanto en lo familiar y personal, reconocer que se necesita ayuda para cambiar y mejorar lo que hasta ahora no hemos podido arreglar.

Si mantenemos una mente abierta el cambio, éste se debe dar, pero por el contrario si seguimos en la terquedad y negativismo repitiendo  que somos así y nadie nos puede cambiar seguirá la sufridera eternamente.       Hay que enfocarnos en nuestro YO, soltar a todos, dejar de cuidarlos o resolverles sus asuntos solo de esta forma podremos empezar con paso firme en el camino de la recuperación y serenidad personal.    De seguro en primera instancia sin saber sobre lo que implica recuperarnos del depender de otros, pensaras que es egoísta decir “primero yo” preguntándote ¿Qué haré con mi hijo? ¿Qué pensaran mi esposo, padres y amigos?  ¿Quién ayudará?,  pero te aseguro que con este cambio de actitud darás tranquilidad a tu vida y a tus seres queridos.   No pierdes nada con intentarlo, total lo hecho hasta la fecha no ha funcionado.

Si discutir estresa es hora de “no dejarnos ofender ni molestar”, nadie fastidia si no se lo permitimos, es hora de quitar la llave donde se encuentra protegido nuestro YO y sacar al enemigo de nuestra serenidad.    Si se puede tener el valor de cambiar de actitud y dejar de sufrir por lo que otros hacen, dicen o piensan.   Recuerda que una vez superado internamente la inseguridad de pensar en el YO se resolverá la  amorosa relación perdida y aprenderás a quererte y cuidarte.

Nadie puede cuidarnos, esto es algo que nos toca hacer a nosotros.   Puede que tu hijo o esposo te quieran  ayudar, pero no pueden resolver los conflictos internos de tu niñez ni lo que en el presente te hacen daño.

CONSINTIÉNDONOS

Consentir nuestro YO muchos lo consideran tonto o demasiado bondadoso ya que talvez desde niños o no lo hicieron o nos manipularon y de adultos si no nos cuidamos o mimamos nosotros mismos, menos esperemos que otros lo hagan.

El Code al estar lleno de problemas, sentir mucho dolor  no se le ocurre buscar lo que puede hacer para mejorar su situación, solo sigue enfrascado en esas luchas con familiares y amigos hasta que ya no hay salida posible y termina agotado.   Si nos apoyamos a nosotros mismos, menos alguien nos apoyará.

Tanto es el descuido de nosotros mismos que nos olvidamos a veces de comer, beber agua, ir al médico y terminamos enfermos y preguntamos ¿por qué me siento tan mal?

Darnos un buen regalo es tan inverosímil como salir a divertirnos, darnos un masaje, comparar algo que siempre hemos deseado… no, no, no… eso no está en nuestro presupuesto, podremos comprar algo para otros (padre, madre, hijo, abuelos, etc.) pero no para nosotros. Increible como nos descuidamos.

VENTAJAS  DE  CONOCERNOS

Quizás creamos conocernos pero cuantas veces nos han dado un elogio y decimos  rotundamente que no lo merecemos o nos dicen que somos capaces de hacer algo que no creíamos poder hacer?  Saber lo que somos tiene sus ventajas:

  • Tenemos metas claras.
  • No perdemos el tiempo en cosas que no nos interesan o no convienen.
  • No nos estancamos emocionalmente.
  • Conocemos nuestra personalidad verdadera.
  • Sabemos nuestras capacidades.
  • Sabemos nuestras debilidades.
  • Mejoramos lo laboral, emocional, personal y familiar.
  • Nos ayuda a mejorar.
  • Pensamos en buscar ayuda.

Recuerda:

  • Cuidarte es tu responsabilidad no es de nadie más.
  • Si sufres es tú responsabilidad consolarte y consentirte para mejorar.
  • Para amar hay que aprender a querernos.
  • Si estas solo, aprende a acompañar a tu YO.
  • Tú mismo puedes ser una agradable compañía para tu YO, inténtalo.
  • Si estas acompañado trata de no ser una carga sino un buen compañero.
  • Si necesitas ir al médico, no esperes más y busca sentirte mejor. Toma tus medicinas.
  • Si te pasas las comidas y luego te sientes mal, hazte un horario para comer.
  • El día de tu cumpleaños date un regalo, algo que siempre quisiste.
  • Si te gustaba una canción, búscala, escúchala y hasta cántala.
  • Si te sientes desarreglada, ve al peluquero, cómprate maquillaje o un buen vestido.
  • Si tienes un conocido que te roba la serenidad, aléjalo cuanto antes.
  • Si no te gusta ir al trabajo busca otro o trata de mejorar las relaciones con tu jefe y compañeros de trabajo, te sorprenderá lo que logras.
  • Si no estás en contacto con tu Poder Superior, pues búscalo.
  • Si te sientes ofendido, recuerda que nadie te puede molestar a menos que se lo permitas.
  • Si quieres vengarte, perdona, te sentirás mejor y más seguro sin ese enemigo.

EL MUNDO MI ESPEJO (LO QUE REFEJO ME AFECTA)

  • -Si me juzgo y me critico, otros me juzgarán y me criticarán.
  • -Si me ofendo a mi misma, otros me ofenderán.
  • -Si me miento a mi misma, otros me mentirán.
  • -Si no soy responsable conmigo misma, otros serán irresponsables conmigo.
  • -Si me culpo, otros me culparán.
  • -Si me violento emocionalmente, otros se violentarán conmigo.
  • -Si no escucho mis propios sentimientos, nadie lo hará por mí.
  • -Si me gusto a mi misma, gustaré a otros.
  • -Si me respeto, otros me respetarán.
  • -Si confío en mi misma, otros confiarán.
  • -Si soy amable y compasiva conmigo misma, otros me tratarán bien.
  • -Si me aprecio, otros me apreciarán.
  • -Si soy sincera conmigo misma, otros lo serán conmigo.
  • -Si me honro a mi misma, otros me honrarán.
  • -Si me amo a mi misma, otros me amarán.

LA LUCHA ENTRE MI YO Y LA CODE

Estando en recuperación, hay tiempos en los que  se da  una gran batalla entre lo que es bueno para mi YO y lo que quiere hacer la code con mi YO.

Una parte de mi persona trata de arreglar las cosas según mis deseos de controlar, mi deseo de que todo este perfecto, mi deseo de que los demás se comporten como YO pienso que es lo correcto, mi deseo de  tener las fuerzas necesaria de arreglar todo mi enredo mental según mi inteligencia;  y la otra parte de mi en recuperación sabe que debo confiar en mi Poder Superior y que no controlo nada ni a nadie.

Se puede decir que es una batalla de lo que siento y lo que deseo, entre lo que dice el Programa y lo que dice la code.

He de concentrarme en aplicar y dejarme llevar por lo que dice el Programa textualmente sin buscar explicaciones profundas, dado que mi estado mental de pérdida de la cordura no me dejará llegar a niveles altos de pensamiento y ver lo mejor para mi persona.

Estoy consciente de que las batallas que la code me dará serán difíciles pero no imposibles de ganar o por lo menos salir mejor librada de ellas.   Como en todas las batallas, sé que volverá la paz y tendré mejores días y más valor para poder cambiar.

Esta es mi lucha personal contra la code.

Maryjann
“Grupo codependientes y sus Sentimientos”

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